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lunes, 10 de septiembre de 2007

Los Tercios de Italia o Tercios viejos de Nápoles

En los primeros años del siglo XVI va a nacer el principal instrumento militar español para mantener el Imperio en los territorios europeos. Se trata de los Tercios españoles, que, creados para guarnecer los dominios en Italia y Flandes, escribirán páginas gloriosas de la historia militar de todos los tiempos. Algunos autores han comparado estos Tercios con las legiones romanas y con la falange macedónica, tal fue su perfección estructural y su capacidad táctica y estratégica, a lo largo de dos siglos.

El nacimiento de los Tercios se debe a la experiencia adquirida en las campañas de Italia por Gonzalo Fernández de Córdoba, llamado el Gran Capitán, quien a las órdenes del rey Fernando de Aragón consiguió derrotar a los franceses sobre suelo italiano repetidas veces, y logró imponer la hegemonía española sobre los distintos Estados de Italia, incluyendo al propio Papado.

La superioridad de la técnica militar de los españoles sobre los demás ejércitos de esa época radica en que mientras los suizos, considerados hasta entonces los mejores, forman sus "escuadrones" o bloques de infantería en cuadro compacto, utilizando como principal arma la espada, los españoles colocan por delante de cada lado del cuadro las picas, que impiden acercarse al enemigo, y permiten la salida oportuna de quienes combatían a espada, protegidos por aquéllos. La pica pasa a convertirse en el arma preferida y noble del campo de batalla. Al lado de ésta la partesana o pica rematada por una media luna o un hacha es el arma que manejan los sargentos y soldados más distinguidos, y sirve para evitar la aproximación de los caballos enemigos al escuadrón o cuadro. Éste se mueve en todas direcciones sobre el terreno presentando en cada uno de sus lados idéntica capacidad ofensiva y defensiva. El soldado "pica seca" llevaba además de su arma larga una espada y una daga (llamada por la tropa la "vizcaína") -y de ahí la dirección de este blog, que nadie pensase que era porque soy de Vizcaya "bella città" o del "bacalao a la vizcaina"- dichas armas le permitía combatir cuerpo a cuerpo en toda ocasión, también era usual encontrar soldados que, faltos de pica se encontraban en las filas tercera y sucesivas, estos soldados portaban un broquel o una rodela en la mano izquierda y la ropera en la diestra con las cuales les era mas fácil esquivar las picas enemigas adentrándose hasta las líneas enemigas y comenzar, ahora sí, la carnicería amputando extremidades. El entrenamiento de los soldados comprende además de la utilización de la pica, la esgrima de espada y daga a dos manos cuando llega el momento. Su protección es ligera, un morrión o casco de acero rematado por una cresta sobre la que los golpes enemigos resbalan hacia los lados, y un coselete o coraza ligera para proteger el pecho. La espada lleva un guardamano o cazoleta para proteger la mano que la empuña. Generalmente se utilizaban las espadas fabricadas en Toledo, que se apreciaban por su excelente temple, debido tanto a los armeros toledanos como a la virtud que le prestaban las aguas del Tajo al templarlas.

Cuadro: La Rendición de Breda, Diego Rodríguez de Silva y Velázquez, Gillermo de Nassau-Orange hace ademán de arrodillarse ante Ambrosio de Spínola que se lo impide. Tras A. Spínola los Tercios de Flandes.

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