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jueves, 27 de septiembre de 2007

Memorias de los primeros días... ¡No tengo Internet!

Parto para la Bell’Italia el 22 de septiembre. Ilusionado. Todo se preveía como la seda; hasta me quitaron 8 kilos de más que llevaba (que a 8 euros…). Llego a Roma 30 minutos antes de lo previsto, Meraviglioso!, pero en la recepción de equipajes todo empieza a torcerse. ¡Me han extraviado una maleta! ¡Maldita sea! Y en un idioma extranjero no puedo decirles del mal que han de morir. Finalmente alegan que al olvidárseles facturarla y quitar las pegatinas de vuelos anteriores en el Aeropuerto de VALENCIA no saben en qué aeropuerto puede estar la maleta.

Me voy a dormir, agotado, nervioso. Buenas noches.

El B&B de Roma es una maravilla, El desayuno se sirve en la habitación, y el dueño sabe hablar inglés, español, alemán y, obviamente italiano. Para más inri de la ventana se ven las murallas del vaticano a 2 minutos a pié.

El domingo lo paso de compras por Roma pero no por la via Condotti, que nadie se equivoque. xDD

Lunes de viaje a Teramo allí donde viviré el resto del curso, por la tarde a buscar piso. Sin éxito.

El Martes después de haber hecho todos los papeles necesarios en el Rectorado, parto ha hacerme una nueva tarjeta de teléfono con Wind una compañía con la que por 6 euros al mes hablas 200 minutos al mes gratis con todos los Wind’s (hecho para estudiantes), Bueno, y que descubro… que acababa de perder el pasaporte. ¡Mierda! Pues derechito a la Polizia di Stato a denunciarlo, y con la presteza que nos une a los sur-europeos me tuvieron dos horas esperando y una para escribir medio folio de denuncia, que, en cuanto el hombre vio mis apellidos resopló (pues en Italia solo tienen uno y generalmente corto), menos mal que no me apellido de Arriguezabalaga-Unzurrunzada y Fernández de Córdoba sino le daba algo al hombre.

Al final apareció el pasaporte en la comisaría. Toda la mañana perdida.

Por la tarde a buscar piso. Sin éxito.

Esta noche paseo por el centro, desanimado, pero me encuentro de bruces con un cartelito que ponía AFFITASI y un número de teléfono, me pongo a llamar al número y casualmente al señor que tenia al lado le suena el telefonino nos cruzamos las miradas, y colgamos. Hablamos sobre la casa y quedamos para mañana por la mañana.

Es miércoles y ¡ya tengo piso!. He ido a verlo, buff, è grandissimo. El lunes o martes me dan las llaves porque están acabando de pintarlo y van a amueblarlo entero, solo mi habitación (es la más grande) tiene 55mq tirando por lo bajo, vamos que echando cuentas metía dentro dos pisotes de la ministra, una verdadera maravilla.

Es jueves, parto a Roma a descansar, todo está hecho, el diario se acabará pronto cuando empiece con las clases y todo lo demás.

CIAO.

viernes, 21 de septiembre de 2007

Hasta mas ver

Que poco que queda ya para partir a la vieja Italia, solo unas horitas por mi amada tierra para volar hasta antiguas posesiones del Imperio, pero con la europeización que estamos “sufriendo” todo va ha ser más fácil, más cómodo, mas como si no saliese de casa (salvando las distancias). En un mundo, en una época en la que los nacionalismos están aflorando y creciendo como malas hierbas (llamémoslos catalanes, vascos, gallegos valencianos… o españoles) cada uno con sus razonamientos más o menos lógicos distintos; Yo voto por uno que los une a todos y nos hace más fuertes. El Nacionalismo Europeo, pues es el único actualmente que puede vencer el imperialismo político estadounidense, una Europa fuerte, unida y cohesionada jamás puede ser vencida.

Os echaré de menos.

lunes, 10 de septiembre de 2007

Los Tercios de Italia o Tercios viejos de Nápoles

En los primeros años del siglo XVI va a nacer el principal instrumento militar español para mantener el Imperio en los territorios europeos. Se trata de los Tercios españoles, que, creados para guarnecer los dominios en Italia y Flandes, escribirán páginas gloriosas de la historia militar de todos los tiempos. Algunos autores han comparado estos Tercios con las legiones romanas y con la falange macedónica, tal fue su perfección estructural y su capacidad táctica y estratégica, a lo largo de dos siglos.

El nacimiento de los Tercios se debe a la experiencia adquirida en las campañas de Italia por Gonzalo Fernández de Córdoba, llamado el Gran Capitán, quien a las órdenes del rey Fernando de Aragón consiguió derrotar a los franceses sobre suelo italiano repetidas veces, y logró imponer la hegemonía española sobre los distintos Estados de Italia, incluyendo al propio Papado.

La superioridad de la técnica militar de los españoles sobre los demás ejércitos de esa época radica en que mientras los suizos, considerados hasta entonces los mejores, forman sus "escuadrones" o bloques de infantería en cuadro compacto, utilizando como principal arma la espada, los españoles colocan por delante de cada lado del cuadro las picas, que impiden acercarse al enemigo, y permiten la salida oportuna de quienes combatían a espada, protegidos por aquéllos. La pica pasa a convertirse en el arma preferida y noble del campo de batalla. Al lado de ésta la partesana o pica rematada por una media luna o un hacha es el arma que manejan los sargentos y soldados más distinguidos, y sirve para evitar la aproximación de los caballos enemigos al escuadrón o cuadro. Éste se mueve en todas direcciones sobre el terreno presentando en cada uno de sus lados idéntica capacidad ofensiva y defensiva. El soldado "pica seca" llevaba además de su arma larga una espada y una daga (llamada por la tropa la "vizcaína") -y de ahí la dirección de este blog, que nadie pensase que era porque soy de Vizcaya "bella città" o del "bacalao a la vizcaina"- dichas armas le permitía combatir cuerpo a cuerpo en toda ocasión, también era usual encontrar soldados que, faltos de pica se encontraban en las filas tercera y sucesivas, estos soldados portaban un broquel o una rodela en la mano izquierda y la ropera en la diestra con las cuales les era mas fácil esquivar las picas enemigas adentrándose hasta las líneas enemigas y comenzar, ahora sí, la carnicería amputando extremidades. El entrenamiento de los soldados comprende además de la utilización de la pica, la esgrima de espada y daga a dos manos cuando llega el momento. Su protección es ligera, un morrión o casco de acero rematado por una cresta sobre la que los golpes enemigos resbalan hacia los lados, y un coselete o coraza ligera para proteger el pecho. La espada lleva un guardamano o cazoleta para proteger la mano que la empuña. Generalmente se utilizaban las espadas fabricadas en Toledo, que se apreciaban por su excelente temple, debido tanto a los armeros toledanos como a la virtud que le prestaban las aguas del Tajo al templarlas.

Cuadro: La Rendición de Breda, Diego Rodríguez de Silva y Velázquez, Gillermo de Nassau-Orange hace ademán de arrodillarse ante Ambrosio de Spínola que se lo impide. Tras A. Spínola los Tercios de Flandes.

sábado, 8 de septiembre de 2007

¿Cuanto vas a vivir?

Hace unos dias Edo, recordó haber visto una página donde te calculaba la edad a la que morirías, y como que no la recordaba, en un momento de aburrimiento me he puesto a abuscarla con la sorpresa que existen unas cuantas y muy distintas, pero eso si, con edades similares.


http://cuandomoriras.frikitest.com/ -> entre 90-95 años
http://www.univision.com/content/content.jhtml?cid=437941 -> 85 años

I am going to die at 97.  When are you? Click here to find out!


Por lo visto tendré que ahorrar mucho para la jubilación, porque por lo visto los politicos de hoy en dia solo hacen mas que gastar el dinero de la Seguridad Social en vestiditos para las ruedas de prensa o se lo juegan a la Bolsa. Si todo lo que sea humo... les va

domingo, 2 de septiembre de 2007

Los tercios

Aunque fueron oficialmente creados por Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico tras la reforma del ejército de 1534 como guarnición de las posesiones españolas en Italia y para operaciones expedicionarias en el Mediterráneo, sus orígenes se remontan probablemente a las tropas de Gonzalo Fernandez de Cordoba en Italia, organizadas en coronelías que agrupaban a las capitanías. En realidad, se comenzaron a gestar en la península. Durante el reinado de los Reyes Católicos y a consecuencia de la guerra de Granada, se adoptó el modelo de piqueros suizos, poco después se repartían las tropas en tres clases: piqueros, escudados (espadachines con espada de una mano) y ballesteros mezclados con las primeras armas de fuego portátiles (espingarderos y escopeteros). No tardaron mucho en evolucionar los escudados por rodeleros (soldados con espada ropera y rodela o broquel) y pasar los hombres con armas de fuego de ser un complemento de las ballestas a sustituirlas por completo. Las victorias españolas en Italia frente a los poderosos ejércitos franceses tuvieron lugar cuando todavía no se había completado el proceso. Los tres primeros tercios, creados a partir de las tropas estacionadas en Italia, fueron el Tercio Viejo de Sicilia, el Tercio Viejo de Nápoles y el Tercio Viejo de Lombardía. Poco después se crearon el Tercio Viejo de Cerdeña y el Tercio de Galeras (que fue la primera unidad de infantería de marina de la Historia “así ganamos Lepanto”). Todos los tercios posteriores se conocerían como Tercios nuevos. A diferencia del sistema de levas o mercenarios, reclutados para una guerra en concreto, típica de la Edad Media, los tercios se formaron de soldados profesionales y voluntarios que estaban en filas de forma permanente.

El objetivo del Tercio era poder contar con cuerpos móviles y poderosos para afrontar las múltiples campañas militares a las que se enfrentaban los gobernantes españoles de la época.

Estaban inspirados en la Legión romana, por lo que algunos historiadores creen que pudieron ser bautizados así debido a la tercia, la legión romana que operaba en Hispania. Eran unidades regulares siempre en pie de guerra, aunque no existiera amenaza inminente. Otros se crearían más tarde en campañas concretas, y se identificaban por el nombre de su maestre de campo o por el escenario de su actuación. El origen del término “tercio” resulta dudoso. Algunos piensan que fue porque, en su origen, cada tercio representaba una tercera parte de los efectivos totales destinados en Italia. Otros sostienen a que se debían incluir a tres tipos de combatientes (piqueros, arcabuceros y mosqueteros). Y también hay quienes consideran que el nombre proviene de los tres mil hombres, divididos en doce compañías, que constituían su primitiva dotación. Esta última explicación parece la más acertada, ya que es la que recoge el maestre de campo Sancho Londoño en un informe dirigido al duque de Alba a principios del siglo XVI:

“Los tercios, aunque fueron instituidos a imitación de las legiones (romanas), en pocas cosas se pueden comparar a ellas, que el número es la mitad, y aunque antiguamente eran tres mil soldados, por lo cual se llamaban tercios y no legiones, ya se dice así aunque no tengan más de mil hombres”.

Entonces el nombre de Tercio puede venir del hecho de que los primeros tercios italianos estuvieran compuestos por 3.000 hombres. Lo más probable es que se refiriese simplemente a una parte de las tropas, como en los abordajes, donde se dividían los hombres en tres "tercios" o "trozos".

Los tercios fueron la mejor infantería del mundo durante le S. XVI hasta mitad del XVIII.

El Ocaso

El verano ya acabó, y echando la vista atrás veo que va en decadencia. Las juergas que nos montábamos antaño ya no son lo que eran, y en esto ha influido absolutamente cierto consistorio de nueva formación, que para atraer un puñado de votos, ha prohibido en una de las ciudades más sonadas por su fiesta de la costa levantina, mantener abiertos los locales pasadas la 1.30 de la noche.

Pero al fin, ya paso la tormenta y las aguas vuelven a su cauce, de los exámenes, los profesores impresentables y el guiñote (ese que no falte).

Esta tarde mientras el sol está cayendo en la sierra y el ocaso invade el cielo levantino, veo también como una parte de mi vida, aquella del vestir de alba y carmín llega a su fin.