Memorias de los primeros días... ¡No tengo Internet!
Parto para la Bell’Italia el 22 de septiembre. Ilusionado. Todo se preveía como la seda; hasta me quitaron 8 kilos de más que llevaba (que a 8 euros…). Llego a Roma 30 minutos antes de lo previsto, Meraviglioso!, pero en la recepción de equipajes todo empieza a torcerse. ¡Me han extraviado una maleta! ¡Maldita sea! Y en un idioma extranjero no puedo decirles del mal que han de morir. Finalmente alegan que al olvidárseles facturarla y quitar las pegatinas de vuelos anteriores en el Aeropuerto de VALENCIA no saben en qué aeropuerto puede estar la maleta.
Me voy a dormir, agotado, nervioso. Buenas noches.
El B&B de Roma es una maravilla, El desayuno se sirve en la habitación, y el dueño sabe hablar inglés, español, alemán y, obviamente italiano. Para más inri de la ventana se ven las murallas del vaticano a 2 minutos a pié.
El domingo lo paso de compras por Roma pero no por la via Condotti, que nadie se equivoque. xDD
Lunes de viaje a Teramo allí donde viviré el resto del curso, por la tarde a buscar piso. Sin éxito.
El Martes después de haber hecho todos los papeles necesarios en el Rectorado, parto ha hacerme una nueva tarjeta de teléfono con Wind una compañía con la que por 6 euros al mes hablas 200 minutos al mes gratis con todos los Wind’s (hecho para estudiantes), Bueno, y que descubro… que acababa de perder el pasaporte. ¡Mierda! Pues derechito a la Polizia di Stato a denunciarlo, y con la presteza que nos une a los sur-europeos me tuvieron dos horas esperando y una para escribir medio folio de denuncia, que, en cuanto el hombre vio mis apellidos resopló (pues en Italia solo tienen uno y generalmente corto), menos mal que no me apellido de Arriguezabalaga-Unzurrunzada y Fernández de Córdoba sino le daba algo al hombre.
Al final apareció el pasaporte en la comisaría. Toda la mañana perdida.
Por la tarde a buscar piso. Sin éxito.
Esta noche paseo por el centro, desanimado, pero me encuentro de bruces con un cartelito que ponía AFFITASI y un número de teléfono, me pongo a llamar al número y casualmente al señor que tenia al lado le suena el telefonino nos cruzamos las miradas, y colgamos. Hablamos sobre la casa y quedamos para mañana por la mañana.
Es miércoles y ¡ya tengo piso!. He ido a verlo, buff, è grandissimo. El lunes o martes me dan las llaves porque están acabando de pintarlo y van a amueblarlo entero, solo mi habitación (es la más grande) tiene 55mq tirando por lo bajo, vamos que echando cuentas metía dentro dos pisotes de la ministra, una verdadera maravilla.
Es jueves, parto a Roma a descansar, todo está hecho, el diario se acabará pronto cuando empiece con las clases y todo lo demás.
CIAO.